“El tiempo saca a luz todo lo que está oculto y encubre y esconde lo que ahora brilla con el más grande esplendor.” Quintus Horatius Flaccus

Pero lo que brilla, es nada más que una máscara que se deteriora.
El paso del tiempo, justamente, saca a luz lo oculto. Lo que tenemos en nuestro interior más profundo. La verdadera belleza.
Bellas son las manos arrugadas de un anciano. Nos cuentan años de historias en silencio.
Bellas, las maderas desgastadas que sostienen desde hace tanto el techo que nos cubre. Tienen su propio espíritu inamovible, con sus brazos en alto velando por nuestro cobijo. La belleza trasciende el tiempo. Mostremos entonces, la belleza que el paso del tiempo no se puede llevar, sino que la pone de manifiesto con un brillo que no se deteriora.